viernes, 10 de marzo de 2017

"Un gran historiador", o la historia mexicana sin lágrimas

Un célebre youtuber acaba de publicar un libro "de historia" en México. El sector de los historiadores se revuelve...

En este tipo de asuntos, la clave se encuentra en la raíz del problema: la irrupción de las redes sociales y por lo tanto la proyección desde esos espacios de personas que saben usarlas a personas que las frecuentan.

Cuando surgió el canal de YouTube de Chumel Torres ("El pulso de la República"), lo primero que llamaba la atención era el desenfado de su discurso. Pero conforme se sucedían los episodios, cualquier persona que frecuentara periódicos y revistas se habría dado cuenta de que las "reflexiones" de Chumel y compañía no era otra cosa que el pastiche de una multitud de fuentes que nunca se citaban explícitamente (Proceso, Reforma, La Jornada...). Chumel Torres se fusilaba de manera inmisericorde el trabajo de los periodistas de verdad, aderezándolo todo con buenas dosis de chistes de clase media mexicana blanca y misoginia (por ejemplo, uno de sus chistes recurrentes era señalar que los egresados del CCH son unos semianalfabetos, sugiriendo como motivo el origen social de quienes han estudiado ahí. También le debemos la popularización del término "ayotzinapo", palabra con la que se designa, en términos despectivos, a quienes siguen de cerca las movilizaciones en repulsa de la desaparición masiva de estudiantes indígenas de Guerrero, al sur de México, en 2014, o el refuerzo del estereotipo de las mujeres mexicanas de clase media como débiles mentales).

En relación con el libro, debe quedar claro que indudablemente está dirigido a personas que de manera habitual no leerían un libro de divulgación histórica. Eso puede ser positivo. El margen de los de por sí pocos lectores no especializados podría ampliarse ligeramente.

Desde el lado negativo, sin embargo, hay tres problemas considerables.

El primero es que las redes sociales siguen poniendo a prueba el nivel educativo de los sectores que las frecuentan. Que los youtuber se erijan en líderes de opinión cuando es la vacuidad lo que los define demuestra el pésimo estado educativo de un país como México (mal de muchos... México no es la excepción, en realidad está pasando en todo el mundo).

El segundo problema involucra a las editoriales mexicanas, públicas y privadas. Todo parecería indicar que carecen de imaginación para generar libros divulgativos rigurosos pero accesibles y amenos y, además, llegar a un público cada vez más amplio. Es indudable que les vendría bien ver con más frecuencia escenarios como el argentino o el español, donde los libros de divulgación histórica alcanzan niveles realmente envidiables, escritos por personas que conocen su tema y además con un estilo no especializado ni erudito.

El tercer y último problema son los historiadores... ¿Por qué no están escribiendo libros de divulgación y qué esperan para apropiarse de las redes sociales?

Mientras esos tres "problemas" persistan, tendremos Chumeles para rato.





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